Javier Milei recibirá el bastón y la banda presidencial en la ceremonia que se convirtió en tradición hace más de 150 años. Qué dice el reglamento ceremonial
El próximo 10 de diciembre se producirá el cambio de Gobierno y Javier Milei, el presidente electo, deberá seguir algunas normas protocolares al tomar el bastón de mando y la banda presidencial de las manos de Alberto Fernández, el saliente jefe de Estado. Si bien el proceso no está regulado por ley, se convirtió en una tradición que lleva más de 150 años.
Un antecedente clave adelanta que la ceremonia de este año no pasará desapercibida: en 2015 Cristina Fernández de Kirchner, la entonces presidenta saliente, no le entregó los atributos presidenciales a Mauricio Macri, quien venía de ganar el balotaje.
Las causas del contrapunto fueron discrepancias entre lo que establece la Constitución Nacional y lo que marca el Reglamento Ceremonial de la Presidencia respecto del lugar donde se debe desarrollar el traspaso de mando.
Lo que establece la Constitución Nacional
El artículo 93 de la Constitución Nacional establece que la jura debe realizarse en el Congreso de la Nación ante la Asamblea Legislativa.
“Al tomar posesión de su cargo el presidente y vicepresidente prestarán juramento, en manos del presidente del Senado y ante el Congreso reunido en Asamblea, respetando sus creencias religiosas, de: ‘desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de presidente (o vicepresidente) de la Nación y observar y hacer observar fielmente la Constitución de la Nación Argentina'”, enmarca el artículo.
Qué dice el Reglamento Ceremonial de la Presidencia
Publicado en la década de los setenta, el Reglamento de Ceremonial de la Presidencia es un documento elaborado por autoridades administrativas que no posee fuerza de ley.
Sin referirse al momento de la jura por la Presidencia, el documento señala que “la ceremonia del traspaso de mando tiene lugar en el Salón Blanco de la Casa Rosada”.
El artículo 141 establece que “en el pórtico de la Casa de Gobierno (explanada de la calle Rivadavia), el señor Presidente será recibido por el jefe de la Casa Militar, el director de Ceremonial y un edecán del Presidente saliente, quienes lo acompañarán hasta el Salón Blanco (estrado que se hallará delante del Busto de la República)”.
Entre los artículos 142 y 143 se detalla que el Presidente le entregará al electo, frente a la mesa colocada sobre el salón, las insignias presidenciales y que, posteriormente, el saliente y sus exiministros se retirarán del Salón Blanco.
Finalmente, deberán ser acompañados por el nuevo jefe de la Casa Militar, el director de Ceremonial y un edecán del presidente electo.
Diferencia entre la jura y el traspaso de mando
La jura está establecida en el mencionado artículo 93 de la Constitución Nacional, mientras que el traspaso de mando presidencial, que incluye la entrega del bastón y la banda, carece de efectos jurídicos. Es una tradición que comenzó en el año 1868, cuando Bartolomé Mitre le entregó los atributos a Domingo Faustino Sarmiento.
Desde entonces, el proceso solo se vio interrumpido por los gobiernos dictatoriales.
En 1960, la tradición se convirtió en un acto protocolar a través del Reglamento Ceremonial de la Presidencia. Pese a lo estipulado en el documento, Néstor Kirchner (2003), Cristina Kirchner (2007) y Alberto Fernández (2019) concretaron el proceso en el Congreso.
En 2015, sin embargo, Cristina Kirchner no le entregó los atributos a Mauricio Macri. El fundador del PRO quería hacer la ceremonia en la sede del Ejecutivo, mientras que la expresidenta en el Parlamento. Finalmente, el 3 de diciembre de 2015 Federico Pinedo resultó electo como el presidente provisional del Senado y una semana más tarde le entregó el bastón y la banda presidencial a Macri.
La vestimenta para la ceremonia
Inicialmente, la vestimenta indicada para el traspaso de mando era el uso del jacket. Desde 1983, con la asunción de Raúl Alfonsín, los hombres recurren a un traje oscuro con una camisa blanca, acompañados de una corbata sobria. Las mujeres, en tanto, deben vestir trajes o vestidos livianos sin ninguna estridencia.
